La epitaxia por haces moleculares (MBE) es una técnica novedosa para el crecimiento de películas delgadas de alta calidad de cristales sobre sustratos cristalinos. En condiciones de ultra alto vacío, mediante un horno de calentamiento equipado con todos los componentes necesarios, se genera vapor que, a través de orificios formados tras la colimación del haz atómico o molecular, se inyecta directamente sobre el sustrato monocristalino a la temperatura adecuada. Simultáneamente, se controla el barrido del haz molecular sobre el sustrato, logrando así que las moléculas o átomos se alineen en capas cristalinas para formar una película delgada sobre el sustrato.

Para el correcto funcionamiento de los equipos MBE, se requiere un suministro continuo y estable de nitrógeno líquido de alta pureza, baja presión y ultralimpio a la cámara de refrigeración. Generalmente, un tanque de nitrógeno líquido tiene una presión de salida entre 0,3 MPa y 0,8 MPa. El nitrógeno líquido a -196 °C se vaporiza fácilmente durante su transporte por tubería. Si el nitrógeno líquido, con una relación gas-líquido de aproximadamente 1:700, se gasifica en la tubería, ocupará gran parte del espacio disponible para el flujo, reduciendo el caudal normal al final de la misma. Además, es probable que en el tanque de almacenamiento de nitrógeno líquido haya residuos sin limpiar. La presencia de aire húmedo en la tubería también puede generar escoria de hielo. Si estas impurezas se descargan en el equipo, pueden causar daños impredecibles.

Por lo tanto, el nitrógeno líquido del tanque de almacenamiento exterior se transporta al equipo MBE en el taller libre de polvo con alta eficiencia, estabilidad y limpieza, y a baja presión, sin nitrógeno, sin impurezas, las 24 horas sin interrupción; este sistema de control de transporte es un producto calificado.